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¿Es posible medir el amor? Para muchísima gente, la sola idea parece fantástica.
En realidad, ¡existen muchos métodos y equipos para medir cuantitativamente el amor! Según el descubrimiento de A. Einstein, el Amor es la causa fundamental de todo tipo de interacciones y cambios. Por lo tanto, el Amor es la causa del cambio en cualquier parámetro medible. En otras palabras, independientemente de lo que midamos en una persona: presión, pulso, temperatura, composición sanguínea, etc., ¡siempre medimos indirectamente el Amor! ¿Cómo encontrar, entre esta enorme cantidad de parámetros, el que mejor se correlacione con la energía del Amor?
Todos los métodos y dispositivos de diagnóstico funcional que miden el nivel general de energía de una persona, miden ya el nivel de Amor. Después de todo, el amor determina la energía de una persona en cada momento específico. Tuve la suerte de trabajar en el centro esotérico “Resonancia del Amor” en Rostov del Don en las instalaciones para visualizar el aura humana “Inneractive” y la cámara GDV (efecto Kirlian).Ambos dispositivos midieron el nivel general de energía de una persona. Esta es la dimensión del Amor.
Los resultados obtenidos con la cámara GDV del profesor Korotkov fueron especialmente impactantes:
Aquí se ha observado repetidamente el fenómeno de la separación de coágulos de energía del campo general de una persona en la zona del corazón en el momento del envío de Amor por parte de esta persona.
Y, por supuesto, un lugar especial lo ocupa el método cuantitativo directo para medir la potencia de los flujos de energía del Amor de Nikolai Kozyrev.
Hoy en día existen numerosos métodos y dispositivos para la medición cuantitativa de la energía del Amor.
La energía del Amor, además de su poder, también se caracteriza por su calidad. Al fin y al cabo, es evidente que el flujo de energía del Amor generado por las emociones positivas difiere en su impacto en las personas y la realidad del flujo de energía basado en las emociones negativas. ¿Es posible medir no solo la cantidad de energía del Amor, sino también sus características cualitativas?
¡La respuesta es sí! Los dispositivos y métodos para medir las características cuantitativas del flujo de Amor descritos anteriormente también permiten determinar diversos parámetros cualitativos. Sin embargo, lo más conveniente es evaluar la calidad del flujo de Amor por su frecuencia. Se ha establecido experimentalmente que la energía del Amor tiene una naturaleza ondulatoria y se caracteriza por una frecuencia portadora medible. Esta frecuencia se registra con los mismos dispositivos que miden la frecuencia del campo electromagnético.
“La energía de una persona es su esencia interior en su forma más pura, su energética, el nivel de su desarrollo espiritual, que se mide en unidades muy específicas: vibraciones, y no en sonrisas rutinarias y palabras correctas.” – Padre Absoluto, fuente: https://vozrojdeniesveta.com, sitio web “Renacimiento”.
Diversos laboratorios en todo el mundo han realizado estudios experimentales de la correspondencia de estas frecuencias con diversas emociones. Cabe señalar que el rango de resultados obtenidos tiene un amplio margen de error. Probablemente esto se debe a la incapacidad de identificar y reproducir con precisión cualquier emoción.
Conclusión general: a mayor frecuencia, más positiva la emoción.
La frecuencia no es la cantidad de energía, sino la modulación del flujo de Amor. La radiación electromagnética modulada por frecuencias e información contenida no deja de ser energía electromagnética. De la misma manera, el flujo de energía de Amor no deja de ser energía de Amor, incluso si está modulado por bajas frecuencias. Las formaciones de energía de baja frecuencia que interactúan con la realidad y la conciencia humana traen caos y destrucción, mientras que las energías de alta frecuencia, por el contrario, ayudan a crear paz y armonía.
¡Tantos dispositivos y métodos para medir las características del flujo del Amor! ¿Cuál es el más accesible y preferible?
Por una feliz coincidencia (y probablemente por providencia divina), un dispositivo muy sensible a la cantidad y calidad de la energía del Amor es fácilmente accesible para todos. Porque el ser humano mismo es un dispositivo así. Siempre reaccionamos con mucho dolor ante la pérdida de la energía sutil del Amor o cuando su frecuencia baja demasiado, y viceversa: experimentamos felicidad y euforia por el aumento de las vibraciones y la afluencia de energía del Amor a nuestro campo.
Conclusión. El hombre mismo es un instrumento muy sensible para determinar la cantidad y calidad de la energía del Amor.
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